La vida, con sus innumerables experiencias, suele describirse como una montaña rusa: subidas emocionantes, bajadas que revuelven el estómago, giros inesperados y bucles estimulantes. Son nuestras emociones las que alimentan este alocado viaje. Desde momentos de pura alegría hasta momentos de profunda tristeza, nuestro viaje por la vida está marcado por un caleidoscopio de emociones que pueden dejarnos tan exultantes como exhaustos. Sin embargo, en medio de los altibajos, hay una verdad profunda: aprender a montar en la montaña rusa emocional es esencial para encontrar la felicidad y la plenitud.

¿Recuerdas cuando eras niño y mirabas con rabia el cartel "Debes ser así de alto para montar"? A veces, como adulto, es difícil no desear no haber crecido esos últimos centímetros y seguir de pie en el suelo firme, agarrado a un caramelo de azúcar y viendo pasar a los demás a toda velocidad. 

A veces la vida te da un revés...

Puede que seas una persona a la que no le importan los pequeños detalles. Pero aun así, los grandes titulares de la vida -como graduarse, tener un hijo, enamorarse, romper, los ascensos, perder el trabajo- no pueden evitar poner de los nervios hasta al pepino más frío. Puede que usted sea el tipo de persona que suda la todo cosas -grandes, pequeñas, microscópicas- lo que sea... En ese caso, ya lo sabes todo sobre la montaña rusa, el tren fantasma y el vals en el que estás metido. Con cada subida, no podemos evitar esperar una bajada... ¡Mira! La alegría de tener tu primer hijo. ¡Luego! La preocupación de si serás un buen padre... ¡giramos y giramos y subimos y bajamos! 

Afrontar la montaña rusa emocional de la vida

Las emociones son los hilos de colores que tejen la trama de nuestras vidas. Añaden profundidad, riqueza y significado a nuestras experiencias, guiándonos a través de los altibajos con una cruda honestidad que refleja nuestro yo más íntimo. Sin embargo, navegar por estas emociones puede ser una tarea desalentadora, especialmente cuando nos enfrentamos a las intensas subidas del éxito o a las aplastantes bajadas del fracaso. Sin embargo, es precisamente en esos momentos cuando se nos presenta una oportunidad: abrazar todo el espectro de las emociones humanas y aprender de cada giro que demos en el camino.

Uno de los primeros pasos para dominar la montaña rusa emocional es reconocer que existe. Igual que una montaña rusa tiene sus picos y sus valles, la vida también los tiene. Negar o reprimir nuestras emociones sólo sirve para intensificarlas, lo que conduce a un ciclo de agitación interna y descontento. En lugar de ello, debemos aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones como lo que son: momentos fugaces en el tiempo que dan forma a nuestras percepciones y reacciones ante el mundo que nos rodea.

Un cinturón de seguridad psicodélico...

Ahora bien, es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, hay varios mecanismos que puedes utilizar para reconocer y aceptar tu estado emocional de forma saludable. Están los más tradicionales, como la terapia, la meditación o la atención plena. Todas ellas son estrategias muy eficaces. Dicho esto, hay una herramienta que mucha gente está aprendiendo a utilizar, en combinación con los métodos más "tradicionales" antes mencionados. Se trata de psilocibinael compuesto psicoactivo que se encuentra en las setas mágicas y las trufas. Aunque impensable hace apenas una década, su reputación se ha transformado: de una droga que la gente usa para perder la cabeza, a una sustancia que la gente usa para curar y calmar la mente. 

Y la investigación lo respalda. Se ha publicado un estudio tras otro que afirman que la psilocibina puede ser un tratamiento eficaz para depresión...ansiedad, trastorno de estrés postraumático, problemas de adicción, anorexiay muchos, muchos más. A estudio reciente descubrió que los que toman microdosis de psilocibina tienden a tener una mejor salud mental en general que los que no lo hacen. ¿Podría deberse a que este psicodélico natural les está ayudando a regular y comprender sus emociones a pesar de este loco viaje que llamamos vida? ¿Podría ser la psilocibina nuestro ¿cinturón de seguridad psicodélico?

Salir del "yo

La psilocibina nos ayuda a salir del "yo" que hemos construido. A dejar ir las formas arraigadas en las que pensamos sobre nosotros mismos. Sin darnos cuenta, probablemente hay muchas emociones o sentimientos que restringimos, o no reconocemos, porque no encajan con la identidad que hemos formulado en nuestra mente. Cuando nos negamos a reconocer las verdaderas emociones que sentimos, creamos bloqueos que, a la larga, nos hacen sentir mucho peor. Imagina una caída repentina en esa montaña rusa que te pilla por sorpresa. Se te revuelve el estómago, ¿verdad?

Las investigaciones han demostrado que la psilocibina puede silenciar temporalmente nuestra Red de Modo por Defecto (DMN)La DMN es la parte del cerebro responsable de la formación de nuestro sentido del yo. Cuando la DMN está hiperactiva, puede provocar ansiedad, pensamientos negativos y una imagen pobre de uno mismo. Temporalmente ssshhh-ing nuestra DMN podemos comprender de forma más objetiva cómo somos realmente en lugar de cómo pensamos que debe sentir. Esto nos da espacio para comprender nuestras emociones de nuevas maneras y llegar al corazón de por qué las sentimos. De repente, puedes anticipar el camino que tienes por delante. 

"Sentí que tenía línea directa con mi inconsciente"

Esto también lo confirman informes anecdóticos. En Reddit, por ejemplo, (el centro de los científicos *ciudadanos* psicodélicos) un terapeuta, nada menos, compartió su experiencia de utilizar setas mágicas para localizar y reconocer sus propias emociones reprimidas;

"Soy terapeuta. Hace poco tomé 2,5 g de setas mágicas para facilitar la exploración de algunas tendencias de apego evitativo en mí. La experiencia fue muy aterradora y profunda a partes iguales. Me sentí como si hubiera salido de mi "caparazón/carcasa del ego" y pudiera mirarme a mí mismo, a los demás y a mi pasado de forma no defensiva. 

Además, al estar sin defensas, también pude experimentar las emociones asociadas a cada una, emociones que antes había negado de alguna manera. En resumen, sentí que tenía una línea directa con mi inconsciente de una forma que facilitó percepciones estrechamente relacionadas con la pregunta que planteé a las setas al tomarlas." - u/PerformerFrequent658

Preparación para la caída

Una vez que hemos reconocido la presencia de nuestras emociones, el siguiente paso es cultivar la resiliencia emocional. Al igual que un piloto experto se prepara para los giros y vueltas de una montaña rusa, nosotros también debemos prepararnos para los inevitables altibajos de la vida. Esta resistencia se construye a través del autoconocimiento, la atención plena y la voluntad de afrontar nuestros miedos. La psilocibina nos ayuda a sentir una mayor conexión con el mundo en general, desde nuestros semejantes hasta las plantas y los árboles, pasando por el cosmos. Muchas personas afirman tener una sensación de "unidad" y de poder y fuerza durante o después de tomar setas mágicas. Nos recuerdan que no estamos solos. 

Encuentro con las emociones

Podemos utilizar esta energía galvanizadora para enfrentarnos a nuestras emociones con positividad en lugar de con miedo. Este sentimiento de conexión también nos capacita para buscar y aceptar el apoyo de los que nos rodean, una parte crucial de la curación. Si desarrollamos mecanismos de afrontamiento saludables y buscamos el apoyo de nuestros seres queridos, podremos capear el temporal emocional con gracia y fortaleza.

Pero quizá la lección más importante que se puede extraer de la montaña rusa emocional de la vida es el poder de la perspectiva. En medio del caos y la incertidumbre, puede ser demasiado fácil perder de vista el panorama general. Sin embargo, dando un paso atrás y adquiriendo una perspectiva más amplia, a menudo podemos encontrar belleza y significado en los lugares más inesperados. Tanto si se trata de hallar gratitud ante la adversidad como de descubrir alegría en medio de la tristeza, cambiar de perspectiva nos permite recuperar el control de nuestras emociones y encontrar la paz en medio del caos.

Se ha descubierto que la psilocibina aumenta la sensación de gratitudasí como la capacidad de identificar losdestellosen nuestra vida cotidiana. Los cambios de perspectiva y las nuevas formas de pensar son algunos de los resultados más apreciados de dedicar tiempo a explorar psicodélicamente nuestro mundo interior. Tanto si microdosis o 'macrodosis', la psilocibina es una forma de dedicar tiempo a tu mente, cuerpo y espíritu. Cuanto más nos conozcamos a nosotros mismos, más podremos en directo dentro de nuestras propias emociones, para aprender a cabalgar las olas, en lugar de dejarnos tragar por ellas. Los altibajos son inevitables, pero tener la fuerza para soportar la fuerza G (¡e incluso disfrutar del viaje!) es algo sobre lo que sólo tú tienes poder. 

Encontrar la felicidad en medio de los vericuetos

En última instancia, aprender a montar en la montaña rusa emocional de la vida no consiste en evitar el malestar o buscar la felicidad constante. Se trata más bien de abrazar la plenitud de la experiencia humana: los altibajos y todo lo que hay en medio. Si reconocemos nuestras emociones, cultivamos la resiliencia, cambiamos de perspectiva y utilizamos las herramientas de la naturaleza... (como la psilocibina), podemos aprender a sortear las vueltas y revueltas de la vida con mayor facilidad y encontrar la felicidad en medio del viaje. Así que, la próxima vez que te encuentres en la montaña rusa de la vida, recuerda agarrarte fuerte, abrazar el viaje y disfrutar del trayecto. Al fin y al cabo, son los baches en el camino los que hacen que la vida sea mejor. viaje vale la pena.